Hola, somos l@s alumn@s de 3º de primaria del colegio La Antigua. En clase de educación física hemos hecho una ruta con Isabel, nuestra tutora, y nos ha llevado por el río Cuerpo de Hombre viendo las antiguas fábricas textiles de Béjar.
Durante la visita vimos el paisaje, con el río, plantas, árboles, rocas y un perro, pájaros y caracoles.
Los otr@s compañer@s del cole, también han hecho esta ruta en sus clases de educación física.
Nos lo hemos pasado muy bien, y queremos darle las gracias a Isabel por llevarnos, y decirles a todos los profes que nos gustaría hacer más visitas como esta.
Foto de 5º:
Hola soy ana y que suerte tenemos todos los de tercero en esta noticia estamos los 1º de foto somos famosos
Hola los de cuarto de primaria tambien hemos hido por que no nos sacan como quinto y tercero. .
.
 
                En España, donde el olor a ajo sofrito convoca más recuerdos que cualquier bandera, la cocina no es solo un espacio doméstico: es un santuario. Pero, a la sombra de ese ritual diario del guiso y el chup-chup, se esconde una realidad tan inquietante como recurrente: los incendios en cocinas son la causa número uno de siniestros en viviendas y negocios hosteleros. El fuego, que tanto reconforta cuando cuece a fuego lento, puede convertirse en destructor implacable en cuestión de segundos.
Lo paradójico es que no hablamos de fallos estructurales ni de aparatos defectuosos. Las causas más frecuentes de incendios en cocinas son humanas, cotidianas, y casi siempre evitables. Basta con dejar una sartén al fuego “un minuto”, atender una llamada inesperada o querer ganar tiempo sobrecalentando aceite. Y claro, ese minuto se convierte en incendio. Las llamas no entienden de excusas ni de prisas.
Por eso, resulta esencial hablar claro: instalar un sistema de extinción automática en cocinas no es un extra ni una modernidad técnica; es una medida urgente y fundamental. Especialmente en cocinas industriales, escolares o de grandes colectividades, donde el volumen de actividad y la presencia de múltiples operarios aumentan exponencialmente el riesgo. En estos entornos, confiar solo en la atención humana no basta. Aquí entra en juego la tecnología inteligente que reacciona en tiempo real, incluso cuando nadie puede hacerlo.
Si gestionas una cocina profesional, merece la pena detenerse y descubrir lo que puede marcar la diferencia: el sistema de extinción cocinas.
Los datos son claros: más del 60% de los incendios en cocinas se originan en estufas, ya sean de gas o eléctricas. En ambos casos, el patrón se repite: se encienden, se dejan sin supervisión y, cuando se regresa, el desastre ha comenzado. A veces es la grasa acumulada, otras el sobrecalentamiento de un recipiente. Pero el resultado, si no se actúa con rapidez y precisión, es siempre el mismo: llamas devorando lo que ayer era un hogar.
Los sistemas de extinción automática en cocinas están diseñados precisamente para esos segundos críticos. Detectan el aumento de temperatura y liberan agentes extintores sin necesidad de intervención manual, neutralizando el fuego antes de que se propague. Su integración en campanas extractoras industriales ha salvado ya innumerables instalaciones en colegios, hospitales y restaurantes.
El aceite sobrecalentado es uno de los grandes villanos de las cocinas. Cuando alcanza el punto crítico, cualquier partícula húmeda puede generar una deflagración. Y si esa chispa alcanza la campana extractora con grasa acumulada, las llamas suben como si llevaran prisa. Por eso, insistimos: jamás echar agua sobre un fuego de grasa. El agua, lejos de apagarlo, lo expande. Solo el uso de mantas ignífugas, extintores adecuados o sistemas automáticos puede frenar esa escalada de destrucción.
No se trata de dramatizar, sino de comprender el verdadero alcance de un descuido aparentemente inocente. Y sobre todo, de actuar antes de que ocurra. Aquí tienes un artículo útil con consejos prácticos y efectivos: Cómo prevenir incendios en la cocina.
El horno encendido sin supervisión, el microondas con objetos metálicos, una tostadora obstruida con migas: todo suma en el juego peligroso del fuego. Son fuegos silenciosos, sin explosiones cinematográficas, pero con consecuencias igualmente graves. Muchos incendios empiezan con una simple chispa interna, y terminan en evacuación del edificio. Por eso, insistimos: vigilar, mantener y revisar.
Y si hay un incidente, lo primero es no abrir la puerta del aparato, cortar el suministro y llamar a profesionales. Nada de improvisaciones. Porque si el fuego respeta algo, es la prevención técnica, no la valentía espontánea.
La mayoría de los incendios en cocina podrían evitarse con costumbres tan simples como apagar los fuegos al salir de la estancia, no sobrecargar enchufes, limpiar campanas con regularidad o usar utensilios resistentes al calor. Pero sobre todo, con un cambio de mentalidad: dejar de pensar que “esto no me va a pasar a mí”. Porque sí pasa. A diario. Y pasa más cuanto menos preparado estás.
Las prendas con mangas anchas, sueltas o tejidos sintéticos son auténticas mechas esperando un descuido. Aunque las estadísticas dicen que solo el 1% de los incendios en cocina empiezan por ropa, ese 1% representa el 14% de las muertes. Cocinar con ropa ajustada y recogida no es una moda de chef televisivo: es supervivencia. Y si estás cansado, bajo efectos de medicamentos o has bebido, mejor no te pongas a los fogones. Hay noches para llamar a domicilio y noches para cocinar: saber diferenciarlas puede salvar tu vida.
Un incendio extinguido no es un tema cerrado. El hollín, las toxinas y los residuos se adhieren al mobiliario, las paredes y hasta los pulmones. La única respuesta válida es una limpieza profesional e inmediata, acompañada de una revisión técnica de todos los aparatos afectados. El seguro puede ayudarte económicamente, pero la seguridad no se mide en euros, sino en tranquilidad. Porque el objetivo es que no vuelva a pasar.
La solución definitiva no está en cocinar mejor, sino en proteger mejor. Por eso, si diriges una cocina escolar, industrial o de alto rendimiento, instalar un sistema de extinción automática es lo más sensato, responsable y profesional que puedes hacer. No espera a que reacciones. No duda. No se distrae. Solo actúa. Y lo hace cuando tú quizás no puedas hacerlo.
En un país donde la cocina es arte, identidad y emoción, protegerla con tecnología de vanguardia es la mejor forma de honrarla. Porque el fuego puede dar vida… pero también puede arrebatarla.