Seguimos preparando actividades para el proyecto Comenius...
Escrito por Administrador Plataforma, miércoles 26 de enero de 2011 , 16:57 hs , en Comenius

En mayo, algunos profes del cole irán a Grecia a reunirse con los otros profes de los coles europeos participantes en el proyecto Comenius. Todos l@s alumn@s estamos preparando muchas actividades en nuestras aulas.

En cada clase hemos escrito una receta de cocina típica de la zona, y las hemos acompañado de fotos hechas por l@s alumn@s en sus casas durante las vacaciones de navidad. Las recetas fueron las siguientes:

- 1º: ensalada de limones.

- 2º: perrunillas.

- 3º: hornazo.

- 4º: tortilla de patata.

- 5º: calderillo bejarano.

- 6º. patatas revueltas.

En la clase de 3º de infantil están preparando unas frutas y verduras de plastilina: naranjas, pimientos rojos, patatas y castañas. En 4º de primaria haremos una pirámide de los alimentos con cartulina , y también utilizaremos las frutas y verduras que han hechon en infantil .

Por otro lado, en todas las clases de primaria hemos escrito cartas contando como celebramos la navidad en nuestras casas en España. Cuando recibamos sus cartas aprenderemos a su vez, cómo la celebran ellos en sus paises. En carnaval escribiremos más cartas  y les mostraremos como hacemos los disfraces aqui. 

En las fotos podéis ver a algunos alumnos de 4ºpreparando las tortillas de patatas.


 

 



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Comentarios
  • Laura Linares el miércoles 9 de julio de 2025, 10:08 hs

    Crianza de toros de lidia: Tradición, naturaleza y bravura en cada ciclo

    La dehesa se despereza con el primer sol y el campo se llena de un silencio sonoro, ese que sólo interrumpen el mugido grave de los toros y el silbido leve del aire entre las encinas. Aquí, en el corazón de la ganadería brava, la vida se abre paso a su propio ritmo, guiada por siglos de sabiduría rural y un profundo respeto por la bravura. No es sólo campo. No es sólo ganado. Es un ciclo vital donde cada fase tiene su porqué, y cada animal, su historia escrita a fuego lento sobre el tapiz natural de Andalucía.

    El comienzo: la cubrición y el arte de planificar la bravura

    Todo empieza con la cubrición, ese instante discreto y esencial donde el futuro se gesta a ojos del cielo. Los ganaderos organizan los lotes de vacas y seleccionan cuidadosamente a los sementales que tendrán el honor de perpetuar la estirpe. No se improvisa nada: la genética, el temperamento y el historial de bravura son analizados con lupa. El objetivo es claro: criar animales nobles, poderosos y con carácter.

    A lo largo de los meses de julio a junio del año siguiente, los toros conviven con las vacas en cercados diseñados para el contacto natural. No hay artificio, no hay prisas. Solo el instinto y la experiencia marcan el ritmo. Y es que lo bonito que es ver de cerca la crianza de toros de lidia de una ganadería en plena dehesa sevillana no se puede explicar, hay que vivirlo. Sentir el crujido de la hierba seca bajo los pies mientras uno presencia esa danza silenciosa entre toro y vaca, es un privilegio que atrapa al visitante para siempre. Para conocer esa realidad viva, te recomendamos una visita a una ganadería de toros bravos en Sevilla, donde tradición y paisaje van de la mano.

    Nacimiento en libertad: la vida se abre paso en la dehesa

    En mitad del campo, la vaca elige con sabiduría el rincón más resguardado para parir. Allí, entre matas y sombras, da a luz a un becerro que, minutos después, intenta ponerse en pie, torpemente, pero con una dignidad que asombra. Es la naturaleza en su estado más puro.

    El calostro materno fortalece al recién nacido mientras la madre limpia todo rastro, protegiéndolo de presuntos depredadores. Durante semanas, madre e hijo se funden en una sola unidad. Se alimentan, se desplazan, se miran. El campo, mientras tanto, les brinda alimento y refugio. Es un ecosistema diseñado para criar con respeto y libertad. Si alguna vez se ha preguntado cómo se forman los toros que luego pisan la plaza, acérquese a una ganadería en Sevilla. La respuesta está ahí, bajo sus botas y en la mirada de un becerro que apenas empieza a conocer el mundo.

    Lactancia, ahijado y primeros pasos hacia la independencia

    Durante sus primeros meses, el becerro se alimenta exclusivamente de leche materna. Es un periodo vital para el desarrollo de su sistema inmunológico, pero también para forjar su carácter, que empieza a aflorar con los juegos, los topetazos amistosos y la imitación constante de su madre. A partir de la quinta semana, el animal empieza a pastar y a probar el agua, una transición suave hacia la rumiación.

    Llega entonces el momento del ahijado, ese instante clave donde se registra su identidad: se le colocan los crotales, se anota en el Libro Genealógico y se formaliza el vínculo entre madre e hijo. A los 6 o 7 meses, llega el destete. Ya no hay vuelta atrás. Comienza su vida independiente, aún dentro de la manada.

    Este tipo de proceso se convierte en una experiencia rural inolvidable para quienes buscan vivir el turismo desde lo auténtico. De hecho, existen propuestas diseñadas para conectar a los visitantes con esta realidad apasionante. Si desea explorar esta faceta, no deje de consultar esta recomendación sobre Turismo rural y reses bravas.

    El herradero: símbolo de identidad en la crianza brava

    Entre los 7 y 12 meses, los becerros son marcados con el hierro de la casa. No es un acto cualquiera: es el momento que consagra su pertenencia a una ganadería concreta. Superado bajo estricta supervisión veterinaria, el herradero es rito, legado y confirmación. Cada ganadero tiene su diseño, su seña de identidad, que será visible en la piel del animal para siempre.

    Recría: la bravura se forma en grupo

    Desde el añojo hasta convertirse en cuatreño, el toro crece junto a sus iguales, forjando jerarquías, aprendiendo los códigos del grupo y fortaleciendo su cuerpo. En esta fase, los animales se agrupan por edad y sexo, lo que permite observar su evolución con precisión:

    • Añojo: crecimiento físico inicial, primeros conatos de enfrentamiento.
    • Eral: desarrollo de cornamenta y musculatura.
    • Utrero: consolidación del temperamento y fuerza.
    • Cuatreño: madurez completa. Toro hecho y derecho.

    Es entonces cuando el animal comienza a mostrar signos inequívocos de su carácter bravo: embiste ramas, domina a sus compañeros y se desplaza con un temple que impone. El campo se convierte en su escuela, la dehesa, en su universo.

    La tienta: selección de los elegidos

    La plaza de tientas es el coliseo privado donde se mide la bravura. No hay público, solo ganaderos, mayorales y, quizás, algún afortunado invitado. Aquí se decide el destino: si el animal servirá como semental, si entrará en la lidia o si será descartado. Las hembras se tientan también, pero con otro criterio: se busca la nobleza, la embestida continua y la capacidad de transmitir esa genética a futuras generaciones.

    Sanidad y control: cuidar para preservar

    La salud de los toros es pilar fundamental del proceso. Vacunaciones, revisiones veterinarias, programas de control de enfermedades como la lengua azul o la tuberculosis... Todo está milimétricamente planificado. Un animal enfermo no solo compromete su futuro, también el de toda la camada.

    Apartado y embarque: el último acto

    El apartado, a pie o a caballo, separa a los animales que viajarán a la plaza. El embarque, normalmente de madrugada, se realiza en camiones especializados que garantizan la seguridad del toro. Son horas de tensión, sí, pero también de profesionalidad, donde se muestra el respeto con el que el ganadero despide a su ejemplar más valiente.

    Una tradición viva que hay que ver para entender

    La crianza del toro de lidia no es un relato de explotación. Es uno de los pocos ejemplos modernos donde el animal vive en libertad, es seleccionado con criterios casi aristocráticos y tratado con el respeto que exige su naturaleza salvaje. La dehesa sevillana no es sólo paisaje, es cultura, resistencia y verdad.

    Por eso, visitar una ganadería brava es una experiencia única. No se trata sólo de observar animales. Es caminar por siglos de historia, escuchar el relato de quienes han heredado un oficio y sentir el estremecimiento del campo vivo. Hay mucho más que toros: hay encinas, hay cielo, hay silencio… y hay emoción.